Hace ya unos cuantos días, hablé por teléfono con un amigo. Y así lo saludé:
---¿Cómo andan las cosas por allá, igual o peor?
El amigo que por cierto es bastante alegrón me dijo con unos híbridos tropicales:
---El mismo sonsonete entre la Izquierda y la Derecha.
Se presentó de pronto un silencio por mi confusión y para llenar el hueco le pregunté:
----¿Entre Liberales y Conservadores?
---No mijo, ya esas dos vainas desaparecieron. Agárrate para que lo vayas sabiendo: Ahora son términos peyorativos para denominarse los Liberales y Conservadores; Asi: Izquierda Radical, Izquierda Moderada, Izquierda Extremista, Izquierda Intransigente, Izquierda Socialista, Izquierda Democrática. Y los Conservadores que no son pendejos se pusieron también Derecha Radical,..Bueno la misma vaina pero con distintos 'pitongos'
---¿Así están las cosas? ¿Y qué estás pensando hacer con ese enredo?
----Bueno, no votar más nunca…Si sufrago o no, es la misma vaina. Porque todo va a seguir igualito con las mismas mariqueras.
Me quedé meditando un rato mientras le escuchaba lo que seguía hablando.
----Creo que te equivocas –le dije— Yo siempre cumplo con ese deber ciudadano de votar para ayudar a aquel que quiere llegar a desgraciar su vida siendo presidente de la Republica.
Pero estaba tan alterado que no me prestaba atención. Y me seguía diciendo con aquellas saludables dudas que a todo ignorante acompaña.
----Si quieres te repito esta misma vaina cinco veces: Yo no voy a votar porque un palo no hace montaña. Un voto más o un voto menos no es un carajo. Yo ese día arranco pa´ Puerto Colombia, me enrumbo y ya.
----¡Sí, como no, pedazo de pendejo! Imagínate qué pasaría si todos pensáramos así como tú. —Le dije coloquialmente—
----Bueno…dejemos el sonsonete de la política.
Como la cosa me quedó sonando, decidí escribir por este medio con la seguridad de que mi amigo lo leerá. Y es así, como todo esto me recuerda un cuento que oí quién sabe en dónde: <<Había un pueblecito que tenía un gran barril comunitario al que cada campesino aportaba una parte del mejor vino que produjera. Y una vez lleno, en determinada fecha, hacían una gran fiesta para bebérselo. Todo el pueblo esperaba ese día porque el vino que resultaba de mezclar aquel montón de estupendos vinos individuales era algo fuera de serie. Pero hubo un año en el que a un avispado se le ocurrió: << ¿Y por qué carajo yo voy a darle mi vino a los demás? Mejor me lo tomo o lo vendo. Y en lugar de vino le empujo un balde de agua a ese barril,….jejeje >>
Pasó el tiempo y cuando llegó el momento de repartir el vino de todos, lo que salió de ese barril fue pura agua. El que creía que el único vivo era él, resultó que estaba muy equivocado. Fueron muchos los vivos que se creyeron el único 'palo de la montaña', y entre todos estropearon la fiesta tradicional. Así mismo se estropea la elección de un buen candidato.
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